Nueva economía, vieja desigualdad: solo 1 de cada 4 jefes en ‘startups’ españolas es mujer

Hemos seleccionado 18 compañías tecnológicas innovadoras españolas para analizar la igualdad de género en sus equipos directivos. La nueva economía es igual que la vieja en este frente

En la última planta del Pier 01, el edificio frente al mar dedicado a la tecnología de Barcelona, comparten terraza los equipos de Holaluz y Tiendeo. Son, por número de empleados y volumen de facturación, dos de las ‘startups’ que más despuntan del panorama nacional: ambas superan el centenar de trabajadores e ingresan varios millones de euros al año (85 y siete, respectivamente). En común tienen otro dato: hay mujeres entre sus socios fundadores y sus equipos directivos son paritarios. La realidad del sector es muy distinta: solo el 26,7% de los altos cargos en las principales ‘startups’ españolas son mujeres. Y lo normal, tanto en dirección como en plantilla, es que estén en puestos feminizados —y peor pagados que los tecnológicos—, como recursos humanos, atención al cliente, ‘marketing’ y comunicación.

La falta de mujeres ingenieras o programadoras así como la aparente ausencia de fundadoras son temas que llevan tiempo encima de la mesa. Pero apenas hay datos sobre la igualdad en el resto de la plantilla y en sus equipos directivos, sobre los que mandan e imprimen el día a día laboral.

Hemos seleccionado 18 compañías tecnológicas innovadoras españolas que destacan por su recorrido (varias han sido compradas y una, eDreams, está cotizada), tamaño, facturación o volumen de inversión, y analizado la distribución de sus plantillas y equipos directivos (no de sus consejos de administración, como se suele hacer con las empresas del Ibex 35). El agregado deja una foto clara: ellas mandan menos, por muy moderno que sea el sector. Solo una de la lista está dirigida por una mujer (Tiendeo), solo en dos hay igualdad total en la directiva (Holaluz y Wallapop) y solo tres se acercan al 40% necesario para alcanzar la paridad de género (Idealista, Carto y Destinia).

La noticia es que la mayoría de empresas consultadas se ha apresurado a compartir sus progresos y buenas intenciones al respecto: la igualdad vende y, aunque en España no estemos en el punto de publicar reportes internos sobre lo diversas que son nuestras compañías (como hacen en Estados Unidos las grandes tecnológicas: Dropbox, Facebook, Twitter o Google), somos conscientes de que la sociedad nos lo va, por lo menos, a mirar.

“Es evidente que publicar estos datos es ‘marketing”, considera Eva Martín, CEO y cofundadora de Tiendeo. “Es como el que cuenta que es ecológico: si no vendiera, no lo haría, porque es una empresa y no una ONG. Pero si lo hacen porque consideran que está bien visto es buena señal: que el feminismo venda es un reflejo de lo que valora la sociedad”.

Ellas en ‘marketing’ y RRHH; ellos en tecnología

Vamos a coger el ejemplo de Destinia, una de las clásicas del sector y más paritarias de la lista. Fundada por dos hombres en 2001, cuenta con un 40% de directivas (cuatro mujeres y seis hombres). “Efectivamente, cumplimos ese perfil”, afirma Mónica Emilio Prieto, su directora de Operaciones. “Las directivas están en Marketing, Comunicación, Recursos Humanos, y yo estoy en Operaciones. En la parte técnica solía haber más hombres y siempre buscamos más mujeres. Y en el ‘call-center’, donde había más mujeres, provocamos que haya más hombres”.

Su departamento de reservas está dirigido por dos hombres y dos mujeres, pero solo ocho de los 21 empleados son hombres. “Intentamos que en todas las áreas haya igualdad, aunque no siempre lo conseguimos”.

Cabify es otra de las ‘startups’ que más suenan en España, no solo por su guerra contra el taxi sino por su acelerado crecimiento, tanto en inversión como en equipo: ya son casi 1.200 en todo el mundo. Fundada en Madrid en 2011, su plantilla está más o menos igualada (654 empleados y 542 empleadas), pero su liderazgo no: hay 91 hombres y 27 mujeres mandando, incluyendo ‘city managers’ y responsables de área (puestos medios).

“Yo estoy luchando y en la dirección son conscientes, pero el sector es difícil: hay que tratar con conductores y todos son hombres, con lo cual lidia como mujer con ellos”, apunta Lorena Pérez, jefa de Recursos Humanos. “El departamento de logística es un 90% hombres. El de tecnología también, aunque ahora empieza a estar más proporcionado. Las mujeres están en Marketing, Ventas, Recursos Humanos, Finanzas y Legal”.

Algo parecido pasa en dos de las del medio de la lista: Hawkers y Jobandtalent. En la primera son cinco socios fundadores y directivos, pero desde la empresa insisten —sin dar datos concretos— en que “muchos de los departamentos importantes están liderados por mujeres, como la marca Miss Hamptons [su línea de alpargatas fabricadas en España] y los de logística, comunicación, responsabilidad social corporativa… También la responsable global de la marca es una mujer”. En la madrileña Jobandtalent hay igualdad en los números de plantilla, pero de los 26 mánager solo nueve son mujeres: en general, dedicadas a recursos humanos y legal. Marketing, finanzas, operaciones, diseño de producto, ‘data science’, expansión internacional y tecnología pertenecen a hombres.

“Cuando miro nuestra competencia y el ‘Quiénes somos’ me entristece”, afirma la CEO de Tiendeo. “Son todos jefes. Quizás alguna jefa en Comunicación, pero ya”.

“Cuando llegué, éramos dos mujeres”, continúa Pérez, de Cabify. “La empresa la crearon tres hombres y fueron fichando a sus amigos y familiares hasta que conseguimos estabilizar la plantilla. Como puesto de responsabilidad que tengo, uno de mis objetivos es promover la igualdad y por lo menos hay un 45% de mujeres en plantilla. Pero en dirección somos el 23%. Cuesta mucho. Y yo he tenido conversaciones con mis jefes de ‘perdona, somos un 23% en dirección pero ahí arriba, arriba del todo, no hay ninguna”.

Las innovadoras, las que no llegan ni al 20%

Social Point fue el gran ‘exit’ de 2017: en febrero del año pasado, esta desarrolladora de videojuegos fundada en 2008 en Barcelona se vendió por 230 millones de euros a la estadounidense Take-Two. Solo el 18% de la plantilla son mujeres, mientras que en el ‘management’ hay una mujer de 11 cargos (9%). También en Barcelona están Scytl, una empresa de recuento de voto electrónico con dos directivas de 15, y Typeform, una ‘startup’ de formularios ‘online’ que hace especial hincapié en mostrar su buena cultura y ambiente empresarial. Sin embargo, solo el 32% de plantilla es femenina y tienen dos jefas de 14 altos cargos, según datos de su web. Ninguna de las tres alcanza el 20% de mujeres en puestos altos.

“Es una pena, aunque también una oportunidad para nosotros porque en Barcelona competimos con ellos por el talento de desarrolladores”, afirma Carlota Pi, cofundadora de Holaluz. “Yo dejé mi anterior empresa porque era imposible ser madre y buena profesional a la vez. Como fundadora de una compañía joven tengo la responsabilidad de montar algo del nuevo mundo, no una empresa igual de la que salí. Entiendo que estas empresas no tienen esa sensibilidad porque los fundadores no son mujeres. Pero los conozco y creo que es cuestión de abrirles los ojos”.

Fundada por dos hombres y una mujer, Holaluz es la más paritaria de la lista: cinco directivos, cinco directivas y una plantilla prácticamente igualada (73 empleados y 69 empleadas). “Lo único que hay que hacer es tener un entorno de trabajo agradable para todo el mundo”, continúa su cofundadora. “Hay hombres de 30 años que tampoco quieren dividirse por la mitad y escoger entre trabajo y familia. También hay que querer contratar chicas, porque si las buscas las encuentras”.

Todas las empresas tecnológicas llevan años señalando la falta de programadores en general y programadoras en particular y sus esfuerzos —desde recursos humanos— para combatir esta brecha.

Quienes más subidas de sueldo exigen son los chicos. Es muy fácil caer en la tentación de «se lo subo al que más me molesta con esto»

“Claro que hay más hombres que mujeres”, señalan desde Wallapop. “En una empresa tecnológica como la nuestra, donde más de un 70% son programadores e ingenieros, nos cuenta muchísimo encontrar a programadoras o ingenieras que quieran trabajar en ingeniería”. Una idea para conseguirlo, cuentan, es una beca para formar a programadoras. Algo parecido hacen en BQ (38% de mujeres en plantilla), con BQ Educación. “Los directivos son los socios que fundaron la empresa, pero tenemos un 25% de mujeres mánager con equipo a cargo”, justifica Gloria Cerro Carrera, directora de Calidad. “Y en desarrollo de producto de BQ hay un 33% de mujeres. Mientras el campo científico-técnico sea masculino, va a ser difícil alcanzar porcentajes superiores. Cuando estudiaba Ingeniería de Telecomunicaciones, en clase había más del doble de chicos. Esa diferencia se traslada al ámbito laboral”.

Una vez contratadas (en el puesto que sea), la brecha permanece en gestos inconscientes. Por ejemplo: las subidas de sueldo, en que varias de las directivas consultadas reconocen que las mujeres no suelen exigir más. “Nuestra estructura es plana y gente con la misma posición tiene el mismo salario”, apunta la CEO de Tiendeo. “Pero sí es cierto que cuando hacemos la revisión anual quienes más exigen son los chicos. Las chicas no, no sé por qué. Yo tampoco lo hacía: valoraba más aprender. Y cuando los chicos exigen más, es fácil como jefa caer en la tentación de ‘bueno, se lo subo al que más me molesta con esto’. Hacemos el esfuerzo consciente de no caer en eso”.

«Soy fan de las cuotas: el resultado funciona»

En empresas cotizadas en España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene el objetivo de que de aquí a dos años haya un 30% de mujeres en los consejos de dirección. Y la Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de 2007 sugería que esta cifra fuera del 40%.

A la hora de analizar estas ‘startups’ no hemos ido a los consejos —en donde están los fondos de inversión— sino a los cargos directivos, para reflejarlas por dentro. Pero sí hemos preguntado a sus directivas por las cuotas: aunque sean pymes, ¿tendrían sentido en un sector en el que los salarios son superiores a la media y la brecha de género es especialmente notable?

“Yo soy muy fan de las cuotas”, apunta Pi, de Holaluz. “No me gustan conceptualmente, pero el resultado que provocan sí. En un entorno donde compañías jóvenes con fundadores jóvenes no caen en este tema, si existiera una obligatoriedad de hacerlo se equilibraría el mercado. Como en Noruega, donde ya no hacen falta”.

“Todos estamos de acuerdo en que estaría genial que hubiera más mujeres en tecnología, porque la diversidad aporta mucho”, añade Martín, de Tiendeo. “Quizás en pequeñas empresas no son tan necesarias, porque la meritocracia nos pone a todos en el mismo sitio y por experiencia somos igual de buenas. Las cuotas sirven para un cambio de mentalidad, para acelerar algo en lo que estamos de acuerdo, pero que es frágil y necesita asentarse bien”.

“Más que cuotas, empezaría por contratar a mujeres y poner baremos”, considera la jefa de Recursos Humanos de Cabify. “Trabajé en una empresa de Sudáfrica con cuotas —el Black Economy Empowerment— y había problemas de rendimiento, porque no hacíamos procesos de selección para coger a la mejor persona sino al discriminado positivamente. Y no me gusta, no te aseguras al mejor candidato. Por eso pondría baremos: que un sexo tuviera que estar representado mínimo al 40%”.

“La primera impresión cuando hablamos de cuotas es de injusticia: te crea una sensación de obligarte a contratar a una persona aunque haya otra que valga más”, afirma Amaia Arteta, directora de Comunicación de Destinia. “Pero es que si no haces eso, habrá mujeres en determinados entornos donde les resultará difícil entrar. Estamos en un punto en el que todavía las mujeres no llegan a lo más alto de dirección. Hay que perder ese miedo y eso habrá que premiarlo”, concluye.

“Y permíteme añadir, como mujer y directiva, que hay que romper inercias. A lo mejor nadie se ha planteado por qué ese hombre está donde está. ¿Ha llegado por inercia del sistema o porque vale? Las mujeres que valen, llegan. Pero del hombre no se pregunta si llega por hombre. ¿O por qué está ahí? ¿La mujer está puesta por cuota y el hombre por qué? La inercia es natural y el hombre tiene su flujo. En la mujer no existe ese flujo y la realidad empresarial es que a una mujer muy preparada le cuesta más. Pero las empresas tendrán que acabar reflejando la realidad social y los legisladores tomando medidas si eso no sucede”.

*Metodología: los datos de distribución en plantilla y dirección están extraídos de diversas fuentes (Registro Mercantil, webs de las compañías, LinkedIn y Crunchbase) y actualizados con las propias empresas, aunque no todas han respondido a nuestra petición.

Fuente : www.elconfidencial.com 22/01/2018